Promotor

Emociones: Dispuesto a aceptar a los demás
Meta: Aprobación, popularidad
Juzga a los demás por: Su forma de expresarse
Influye en los demás mediante: Alabanzas, oportunidades, haciendo favores
Su valor para la organización: Alivia tensiones; promueve proyectos y personas, incluso a sí mismo
Abusa de: Los elogios, optimismo
Bajo presión: Descuidado y sentimental; actúa en forma desorganizada; no sabe cómo llevar a cabo las cosas
Teme: Perder la aceptación social y su autoestima
Sería más eficaz si: Tuviera más control del tiempo; fuera más objetivo; fuera más sensible a lo que significa “urgente”; controlara sus emociones; cumpliera hasta el final sus promesas, tareas

El Promotor
cuenta con una extensa red de contactos que le proporciona una base activa para
realizar sus negocios. Gregario y sociable, le es fácil hacer amigos. Rara vez
se opone intencionalmente a alguien. El Promotor busca ambientes socialmente
favorables donde puede continuar desarrollando y conservando sus contactos. Con
su excelente capacidad de palabra, promueve muy bien sus propias ideas y genera
entusiasmo hacia proyectos ajenos. Gracias a su amplia esfera de contactos, el
Promotor tiene acceso a las personas apropiadas cuando necesita ayuda.

En vista de que el Promotor prefiere por naturaleza la interacción con otros y participa en actividades que implican contacto con gente, se interesa menos en la realización del trabajo. Aunque su trabajo imponga actividades solitarias, seguirá buscando situaciones que impliquen reuniones y vida social activa. Le agrada participar en reuniones, comités y conferencias.

Por su optimismo natural, el Promotor tiende a sobreestimar la capacidad de los demás. Suele llegar a conclusiones favorables sin haber considerado todos los hechos. Con entrenamiento y dirección adecuados se puede ayudar al Promotor a desarrollar objetividad y a dar la importancia debida a los resultados. Planear y controlar el tiempo le puede significar un reto. Le conviene limitar el tiempo dedicado a conversar y de esta manera recordarse a sí mismo la urgencia de “concluir” y llevar a término una tarea.