Las universidades «No» se han dado cuenta que ya no pueden seguir formando a los profesionales con los modelos de siempre. Cada Alumno universitario tiene necesidades formativas diferentes en función de su formación anterior, experiencias, gustos o habilidades y por lo tanto, las universidades se enfrentan a la necesidad de rediseñar sus tradicionales y atrasados modelos de enseñanza aprendizaje por modelos que generen experiencias vivenciales entre alumnos de diferentes áreas de conocimiento, que tengan nuevas alternativas para acceder a las universidades y a sus recursos, mejores métodos de formación flexibles y con formatos educativos atractivos para que los alumnos no pierdan la motivación por aprender.
Claro que se requiere de un gran cambio y un esfuerzo importante para todos los implicados; por un lado el alumno debe convertirse en un aprendiz activo, capaz de logar un aprendizaje autónomo y personalizado; luego el profesor, debe cambiar su rol para convertirse en un mentor que no sólo imparte conocimientos sino que cuestiona, enriquece, comparte experiencias y proporciona las herramientas para la formación de los alumnos; por último, la universidad debe formar profesionales que estén preparados para gestionar y afrontar los cambios profundos de la era de la globalización, de las nuevas tecnologías, de la economía, además de otros que están por llegar. En definitiva, deben enfocarse en formar a los líderes del futuro.
Una propuesta totalmente innovadora podría ser que cada alumno en las universidades diseñara su formación curricular en función de un «reto personal» y que tenga un alto interés en resolver, entender o estudiar. A partir de ese reto, el alumno definirá en conjunto con su maestro mentor, un proyecto que actuará como hilo conductor de todo su aprendizaje durante su estancia; de tal forma, que el programa educativo combina contenidos base que se consideran fundamentales para cualquier profesional que desee ejercer una función directiva (Contabilidad Financiera, Dirección estratégica, Producción, Internacionalización, etc.) y contenidos específicos, que se personalizan según las competencias personales y el proyecto profesional definido al inicio del programa educativo. Es necesario que los alumnos se integren a equipos de trabajo que tienen intereses o proyectos similares para generar sinergias y desarrollar las habilidades de trabajo colaborativo. De este esquema, surge la necesidad de crear un ambiente de incubación de proyectos y empresas para dirigir los esfuerzos de las soluciones que descubran los equipos de trabajo.
Un reto, un proyecto, un maestro mentor y la incubadora de ideas son la clave de la propuesta de rediseño en las universidades actuales y que podrían dar respuesta a las necesidades actuales de las empresas, de los profesionales, de esta revolución imparable que vive la sociedad y la economía mundial.
Para concluir, entrar a la universidad con un reto a resolver, con una idea de negocio, con una motivación le dará fuerza y pertinencia a la formación profesional de los alumnos. Eres una emprendedor con un proyecto, entonces la universidad debe ser una incubadora para desarrollar tu idea basada en un proyecto, un equipo y un mentor. La universidad que funciona como una incubadora que se enlaza con el mundo empresarial, se colocará en una posición de lograr un impacto esencial para que la sociedad avance y progrese. Para la universidad actual ya no se trata de impartir conocimiento o dar competencias profesionales, se trata de motivar a los alumnos a resolver problemas sociales, empresariales y globales, debe educar emprendedores, líderes e innovadores.
En lo personal considero que desde las escuelas de educación media superior se debe de ir trabajando en ese esquema de emprendedores y aunque existen programas para ese tema son opcionales y la mayoría de las escuela no los adopta. Pero definitivamente es algo que de alguna u otra manera se deben de implementar.
Gracias….
Pedro, Agradezco tu comentario. De acuerdo con que desde las primarias se fomente el espiritu emprendedor, no para crear empresas, pero si para crear una cultura muy intensa sobre la resolución de problemas y pensamiento creativo y critico.
Iniciemos a implementarlo, Pienso que el cambio puede iniciar en los profesores. Saludos
Suena un tanto retadora la propuesta de que cada alumno decida en qué proyecto querrá trabajar durante sus estudios profesionales. No dudo que haya estudiantes que realmente estén seguros de lo que quieren, pero hay otros que creen saberlo, pero finalmente cambian. Aún cuando un alumno cambie de opinión, con esta propuesta probablemente podría participar en el mismo proyecto, simplemente con otro rol. Aquí podría ser el reto para la escuela, detectar esos casos y moverlos de manera flexible para aprovechar las habilidades de cada uno en su área fuerte.
Ahora bien, yéndonos específicamente a la incubación de empresas de base tecnológica, he notado (por citar un ejemplo, en un artículo de la página española http://desarrollo-profesional.universia.es/), que de 14 universidades con entre 1 y hasta 5 empresas incubadas, solamente una empresa es de base tecnológica, por lo que creo que podría ser un área de oportunidad, tanto para la escuela como los alumnos. Definitivamente las universidades deben ser incubadoras de conocimiento y experiencia para ser un impulso fuerte de lo que hay afuera. Hoy en día no es suficiente con tener el conocimiento; los puestos laborales ya van más allá de eso. Se necesita experiencia, trabajo en equipo, actitud… bien la universidad puede ayudar bastante en esto!
Gracias por el comentario.. Te comento que yo creo que las universidades pueden ser incubadoras, y se que los ejemplos que voy a dar son de USA pero son validos si los tomamos como referencia; La Universidad de Stanford ha sido la cuna de empresas técnicas y científicas tan importantes como Hewlett-Packard, Cisco Systems, VMware, Yahoo!, Google y Sun Microsystems. Desde 1930 Stanford a creado 40mil empresas. Es más hace unos días en mi artículo “El Silicon Valley 26 años después” recordaba el fondo de capital creado por los profesores de Stanford para respaldar proyectos de alumnos y como ha dado resultados, el resultado toda una mentalidad, toda una cultura asumida en favor de la capacidad de emprender y de crear de los alumnos universitarios.
De acuerdo con que las universidades no deben transmitir solo conocimientos, deben colaborar al desarrollo regional. Saludos
Excelente aportación Jesús.
Tus ideas van muy de la mano al compromiso y reto por cambiar los esquemas tradicionales que las universidades han mantenido por años sin darse cuenta que la realidad en este mundo globalizado ya nos superó, que los métodos de enseñanza están rebasados por la forma en que hoy en día los jóvenes aprenden, pero sobre todo por la gran necesidad de cambiar el paradigma de formar empleados.
La visión y el reto es muy ambiciosa, sin embargo es necesaria, hoy más que nunca.
Felicidades por trabajar y mantenerte firme con este propósito que me consta has tratado de impulsar desde que te conozco en el 2007.
Ojalá pronto nos toque aprender más de ti, pero sobre todo poder colaborar y sumar en este gran desafío.
Saludos y espero pronto poder trabajar juntos en tu universidad en el tema de innovación y emprendimiento.