La razón #1 por la que los Startup fracasan.

La razón de muchos fracasos emprendedores está un simple error: construir algo que nadie quiere. Asegúrate de que tu producto resuelva un problema real antes de lanzarlo construirlo y lanzarlo al mercado.

Emprendedores, quiero y debo resaltar una verdad incómoda, pero no por ello menos cierta: muchos productos o soluciones fracasan porque simplemente no resuelven un problema que las personas tienen. En muchas ocasiones, los emprendedores movidos por su pasión, frecuentemente se obsesionan tanto con su solución que pierden de vista si esa solución es realmente necesaria para alguien. Este fenómeno, es conocido como el «sesgo del innovador» y es uno de los principales culpables detrás del fracaso de muchos productos cuando quieren llegar al mercado.

«Enamórate del problema, no de la solución.» – Ash Maurya, creador de Lean Canvas.

Desde me perspectiva y experiencia puedo describir una Startup como un grupo de personas que apasionadamente buscan solucionar un problema bajo mucha incertidumbre, conocer el problema pero no conocer o buscan la mejor solución que agregue valor a sus usuarios. Yo he observado, que cuando un equipo emprendedor se enamora de su solución, el enfoque principal se desplaza del problema que originalmente inspiró la idea a la solución y eso hacer que se aproximen al fracaso. Esto puede llevar a un ciclo peligroso de desarrollo de productos que, aunque técnicamente son hermosos e impresionantes, carecen de una verdadera posibilidad de éxito en el mercado al perder de vista el problema que quieren resolver. A continuación mencionaré solo tres aspectos que caracterizan a los equipos de emprendedores que se enamoran de la solución y no del problema que resuelven.

1. El peligro del “Construir Primero” (Build-First): A los emprendedores parece más fácil construir algo que centrarse en identificar, comprender y validar el problema que tiene el usuario; muchos emprendedores adoptan un enfoque de «construir primero» o primero construyo la solución que creen que es la adecuada desde su propio punto de vista. Esta decisión implica, invertir tiempo y recursos en desarrollar una solución sin validar si realmente existe una necesidad para ella. Es un enfoque arriesgado que a menudo resulta en productos que nadie quiere o necesita.

2. El Sesgo del Innovador: Este sesgo surge cuando los emprendedores se obsesionan con su idea hasta el punto de ignorar las señales de advertencia del mercado. Es natural querer ver tu «bebé» hecho realidad, pero esta mentalidad puede nublar el juicio y hacer que se pase por alto la validación necesaria.

3. La importancia de la “validación” continua: La validación del problema no es algo que se hace una sola vez. Es un proceso continuo que debe guiar cada decisión de desarrollo. Hablar con los usuarios, probar prototipos y ajustar la solución según la retroalimentación son pasos críticos para asegurarte de que estás construyendo algo valioso.

«La validación no es solo un paso en el proceso; es la clave para construir algo que la gente quiera.» – Steve Blank, autor de «The Four Steps to the Epiphany».

Para finalizar, puedo comentar que para evitar el fracaso es esencial que el equipo emprendedor mantenga, casi como una obsesión, el enfoque en el problema que le intentas resolver a tus posibles clientes y no enfocarse en la solución que has creado. En mi experiencia de profesor universitario, el sesgo del innovador es frecuente,  poderoso y peligroso en los emprendedores, pero con la disciplina de validar continuamente tu idea y la mente abierta para estar dispuesto a pivotar, podrás construir productos que realmente resuelvan problemas y tengan un impacto positivo en el mercado. Que triste sería construir algo que nadie quiera y recuerda, no se trata de cuán innovadora es tu solución, sino de cuán relevante es el problema que estás resolviendo. Saludos y nos leemos pronto.

«El mayor riesgo no es que la gente copie tu idea, sino que nadie la quiera.» – David Cohen, cofundador de Techstars.

Jesús Gaxiola
@jesusgaxiola
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