según el Intelligent Community Forum, en la selección anual de lo que consideran como Top Intelligent Communities se incluyen, entre los criterios a valorar, el desarrollo de redes de comunicación de banda ancha, utilizadas para los negocios (e-business), la gestión administrativa o los servicios ciudadanos (e-administration), junto al desarrollo de la democracia digital, que asegure el acceso de los beneficios de la revolución de las TICs a todos los sectores de la sociedad y nuevas posibilidades de participación en los asuntos públicos. En consecuencia, tanto la densidad y calidad de estas infraestructuras, como la densidad de flujos que circulan por ellas, son indicadores a considerar con los criterios actuales.
Pero el concepto de red va mucho más allá, incorporando el valor estratégico que tiene la construcción de redes locales de cooperación entre los diversos actores potenciales de los procesos de innovación para aumentar la capacidad de cada uno de ellos en particular, efecto que varía de forma significativa según el número de nodos y su conectividad, la densidad y estabilidad de los flujos, así como su arquitectura (predominio de relaciones horizontales, entre pares, de relaciones verticales dominadas por ciertos actores, etc.). En esas redes, más allá de los flujos de información, circulan flujos de conocimiento capaces de dar origen, en algunos casos, a una verdadera inteligencia compartida (Alonso, Aparicio y Sánchez eds., 2004)